Desde Canadá hasta Tanzania, los organismos de transporte están utilizando sistemas aéreos no tripulados (UAS por sus siglas en inglés), también conocidos como drones, para recopilar datos, diseñar y construir infraestructura de carreteras, inspeccionar puentes, vigilar carreteras por si existen peligros de avalanchas o de deslizamientos de lodo, identificar los riesgos de daño por inundaciones en zonas urbanas, reconstruir escenas de accidentes automovilísticos, y controlar el tráfico y las condiciones del camino. Los organismos públicos, bajo presión para reducir costos y adaptarse, están recurriendo a los drones como un medio para mejorar las operaciones y recortar costos.

Muchas administraciones de carreteras están en la búsqueda permanente de formas innovadoras para que la verificación y recopilación de los datos sea más eficiente y económica. Como resultado de dicha búsqueda, las administraciones de carreteras han venido explorando el uso de sistemas aéreos no tripulados (UAS) en el sector carretero.

El mayor beneficio de usar UAS es su bajo coste, fácil disponibilidad (cómprelo en la tienda y adáptelo a la medida de sus necesidades), eficiencia, rápida respuesta, seguridad y capacidad de alcanzar lugares remotos a los que es difícil acceder para los seres humanos. Al mismo tiempo, la industria enfrenta muchos desafíos debido a las estrictas leyes y regulaciones de los gobiernos locales y nacionales, ya que el uso inseguro de los UAS puede representar un peligro para la seguridad y la vida pública.

El resto del informe está disponible únicamente en inglés - tan solo el resumen ejecutivo está disponible en español.