En el marco del Plan Estratégico 2020-2023 de PIARC, el Comité Técnico 1.1 “Funcionamiento de las Administraciones de Transporte” ha perseguido investigar los retos y respuestas emergentes a los que se enfrentan los organismos de transporte para una buena comprensión y configuración con éxito de las tecnologías y modelos de servicio disruptivos.

Entre las tecnologías principales contempladas se encuentran los vehículos conectados, eléctricos y autónomos, las carreteras digitales (inteligentes), los nuevos modos de transporte público colectivo, la micromovilidad y las plataformas de movilidad compartida, centrándose en las siguientes cuestiones:

• ¿Cuáles son las tecnologías y modelos de servicio con mayor impacto potencial en el sector del transporte y la movilidad, de qué manera y en qué plazos?
• ¿Cuál es, en los organismos de transporte, el nivel actual de concienciación, voluntad de respuesta y liderazgo en cuanto a la tecnología y en qué medida están bien preparados para gestionar las perturbaciones y cambios?
• Al dar estos pasos, ¿cómo están los organismos adaptando su propia organización, por ejemplo, mediante el desarrollo de aptitudes y capacidades, cambios de los procesos organizativos o la contratación de nuevos talentos?
• ¿Qué asociaciones de colaboración están surgiendo, o son necesarias, en el seno de los sectores público, privado y académico para apoyar los cambios tecnológicos, y cuál es la mejor manera de gestionar tales asociaciones?
• ¿Qué apoyo se necesita para mejorar la capacidad de los organismos en cuanto a dar respuesta a los cambios tecnológicos y gestionarlos de tal forma que se equilibren los complejos factores en juego y se aporte valor público?

El CT 1.1 ha tratado de responder a estas cuestiones recurriendo a una serie de métodos de recopilación y análisis de datos, y ha publicado varios resultados intermedios. El presente informe final aglutina las diversas informaciones y pretende ofrecer conclusiones contrastadas, así como recomendaciones sobre las principales cuestiones, destinadas a los organismos de transporte, las partes interesadas de los sectores público y privado y la propia PIARC.

La investigación concluye que los organismos de transporte desempeñan cuatro papeles (roles) generales en la configuración de las tecnologías y modelos de servicio disruptivos. Tales papeles son (i) Formulador de las políticas y Regulador, (ii) Investigador y Desarrollador, (iii) Usuario final, Operador y Gestor, y (iv) Convocante, Facilitador e Integrador. La aplicación de tales papeles depende en gran medida del contexto y varía de un organismo a otro y según zonas geográficas en distintas fases de desarrollo, al igual que el grado de intervención del sector público y su regulación del sector privado que es quien impulsa la mayor parte de la innovación tecnológica. Además, no todos los organismos de transporte asumen de la misma manera su papel y estrategias disponibles. Los hay líderes, pioneros y los que optan por adoptar un enfoque más conservador o incluso reticente. En este contexto, se ha desarrollado una Curva de Madurez para la Movilidad del Futuro concebida como una serie de puntos de referencia a la hora de afrontar los cambios disruptivos. Los organismos pueden evaluarse a sí mismos empleando dicha Curva, así como el alcance, forma y naturaleza del cambio organizativo necesario, anhelado y justificado en función de sus propios objetivos organizativos individuales.

Además de múltiples recomendaciones, la investigación ha determinado una serie de campos en los que PIARC deberá seguir trabajando durante el próximo Plan Estratégico 2024-2027. Entre ellos figuran la electrificación del transporte por carretera, la conectividad digital, la creación de la Agencia de Transporte del Futuro y el fomento de la innovación como cuestión general y como cultura institucional.