Los Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS) han estado en uso por más de 20 años. Los ITS están avanzando rápidamente en el mercado y es probable que equipen una mayor proporción de la flota de vehículos en los próximos 10 a 15 años. Si se aplica de manera eficaz, los ITS pueden salvar vidas, ahorrar tiempo y dinero y, al mismo tiempo, ayudar a reducir las amenazas a nuestro medio ambiente.

El mensaje principal es: ITS debe usarse para facilitar la conducción a los automovilistas. ITS también debe ayudar a reducir el riesgo de participación del conductor en una colisión. Sin embargo, se debe tener precaución, ya que algunos sistemas no están diseñados o desarrollados para reducir el riesgo de accidentes y algunos sistemas pueden incluso causar más accidentes. Las administraciones de carreteras, como un actor público importante en el campo de ITS, son en gran parte responsables de los aspectos de seguridad de ITS. Esta es la razón por la cual las administraciones viales deberían aumentar sus esfuerzos de investigación, realizar estudios piloto e invertir en áreas relacionadas con la seguridad y los ITS.

Muchos sistemas fomentan el uso de medios de transporte multimodales y reducen el tiempo de tránsito, reduciendo así el número y la gravedad de las colisiones, la congestión y la contaminación.

Es probable que una mayor penetración de los sistemas ITS ayude a mejorar el atractivo de los vehículos en comparación con el transporte público, por ejemplo, lo que tendría un impacto negativo en la seguridad debido al cambio modal que está teniendo lugar (más vehículos en tráfico => mayor número de accidentes). Algunos sistemas también pueden afectar negativamente ciertos aspectos del comportamiento del conductor a través de la adaptación conductual.

Las administraciones de carreteras deberán seguir implementando sus propios sistemas ITS en las redes de carreteras. Es esencial que los sistemas, donde las administraciones viales tienen la responsabilidad principal, sean implementados de manera coordinada por dichas administraciones. Esta necesidad subraya la necesidad, al menos en términos generales, de estrategias y visiones comunes.

Los continuos avances tecnológicos y la aparición de nuevas soluciones plantean problemas importantes para las administraciones de carreteras, ya que los sistemas se vuelven rápidamente obsoletos. No obstante, los subconjuntos básicos de sistemas relacionados con el posicionamiento, la identificación, la información del estado de la red de transporte en tiempo real, las interfaces de comunicación de datos y las arquitecturas del sistema (apariencias de los sistemas) son relativamente estable. Por esta razón, las administraciones viales deberían hacer inversiones en ITS sin poner demasiado énfasis en el envejecimiento de sus componentes tecnológicos.

La definición de objetivos universalmente ambiciosos en materia de seguridad vial supone, para las administraciones de carreteras, dificultades para alcanzar sus objetivos dentro de los límites de sus propios presupuestos y la necesidad de sistemas a bordo que contribuyan a una mayor reducción de los accidentes mortales. . Esta es la razón por la cual las administraciones viales deben usar su influencia para promover el despliegue de los sistemas a bordo que tienen el mayor potencial para mejorar la seguridad.

Las autoridades viales pueden influir en la implementación de todos estos sistemas. Para los sistemas en el automóvil, las autoridades viales pueden presionar a los fabricantes de automóviles para que estandaricen la integración de los sistemas y a los gobiernos a reducir los impuestos sobre la compra de estos sistemas. En cuanto a los sistemas viales, las administraciones pueden implementarlos en lugares seleccionados de acuerdo con su gran interés. Este también es el caso de los sistemas que dependen de la tecnología implementada tanto en las carreteras como en el interior de los vehículos.