En los últimos años, la creciente preocupación por el calentamiento global y el cambio climático ha llevado a los ingenieros de obras públicas a abordar los problemas ambientales. Además, el aumento de las temperaturas en verano se ha convertido en un grave problema en Japón. La temperatura superficial de los pavimentos bituminosos, en particular, puede alcanzar ahora los 60 °C. Se estima que ello contribuye a un nuevo fenómeno, llamado "isla de calor urbano", que afecta significativamente el confort térmico de los peatones. En general, una temperatura superficial elevada reduce el rendimiento del pavimento en términos de formación de roderas, envejecimiento y fatiga. Dados estos problemas, la reducción de la temperatura de la superficie es un tema cada vez más importante para la conservación del medio ambiente y la durabilidad del pavimento.

Estudios anteriores han demostrado que el uso de revestimientos más claros que reflejan los rayos visibles e infrarrojos (como la luz solar) es la forma más práctica de reducir el calor de la superficie en los pavimentos. Sin embargo, en términos de visibilidad del conductor, son preferibles las superficies oscuras a las que la gente está acostumbrada, como el negro o el gris.

Además, en términos de trabajabilidad en el campo, un tratamiento superficial en forma de capas de pintura es más fácil de trabajar en los pavimentos existentes. Es por ello que se ha desarrollado y aplicado un nuevo tratamiento superficial denominado "revestimiento aislante solar" con el objetivo de reducir la temperatura de la superficie de las carreteras y reducir el calor urbano.

Este artículo presenta el principio básico de esta técnica, así como sus efectos ambientales y prácticos, a través de varias pruebas y simulaciones por computadora.