Evolución de las técnicas topográficas y reconstrucción de calzadas romanas - Características pricipales
Los viajeros que antaño circulaban por las calzadas romanas no contaban con mapas ni planos, pero continuaban su camino guiados por su ius agendi («derecho de circulación») confiaban en su itinerarium, es decir, en la lista de los y elementos que encontrarían en su camino.
Por supuesto, no podemos hablar de mapas como tales, ya que estos itineraria no mostraban ni el conjunto del territorio ni los relieves del terreno.
No obstante, en la antigua Roma existía un profesional equivalente a nuestro topógrafo: el agrimensor. Dicho profesional se servia de una groma, para medir el terreno. La groma era el principal instrumento utilizado por los técnicos agrícolas. Por ello, más tarde, quienes utilizaron la groma se denominarían gromatici. La groma consistía en una pértiga vertical con dos travesaños horizontales de la misma longitud fijados con ángulos rectos sobre un soporte (ferramentum). De los extremos de cada travesaño colgaba una plomada que proyectaba un ángulo recto en el suelo y permitía trazar una cuadricula ortogonal en la superficie de la calzada. En las ciudades, este instrumento permitía marcar la intersección de las calles principales: cardo y decumanus maximi .
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Informaciones
- Fecha : 2017
- Autor(es) : MORI Michele / ROSSI Sergio
- Campo(s) : General
- Tipo : RR372 - Historias de carreteras
- Ref. PIARC : RR372-104
- Número de páginas : 8
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Este artículo ha sido publicado en la revista Routes/Roads