Existe un reconocimiento renovado de la necesidad de inversión vial, especialmente para el mantenimiento de la infraestructura, debido al deterioro normal, algunas fallas de infraestructura y nuevas demandas de nuevos servicios, como vehículos autónomos. Esto se une al reconocimiento de la contribución del transporte por carretera a la economía y la sociedad. Al mismo tiempo, las fuentes de presupuesto están tan limitadas como siempre, el público y los contribuyentes quieren ser parte del proceso de toma de decisiones, y las perspectivas de ingresos son inciertas debido a la disminución de los presupuestos públicos y al surgimiento de poderes motores alternativos. En los LMIC, también es muy común escuchar a los financieros afirmar que hay suficiente dinero disponible para financiar proyectos, pero que lo que falta son buenos proyectos.