La responsabilidad de la política y la financiación del transporte recae en diversos organismos gubernamentales de todo el Reino Unido. El Gobierno británico, en Westminster, elabora la política y aporta la mayor parte de la financiación de las carreteras y el transporte local en Inglaterra. En otras partes del Reino Unido, la mayoría de estas competencias recaen en las administraciones descentralizadas correspondientes (en Irlanda del Norte, Escocia y Gales), aunque el Gobierno británico conserva competencias reservadas para cuestiones de transporte «nacionales», como la normativa sobre vehículos y la fiscalidad. En todas las partes del Reino Unido, salvo en Irlanda del Norte (donde es competencia de la administración descentralizada), la administración local es responsable del mantenimiento y la explotación de la red local de carreteras (que representa más del 97% de todas las carreteras por longitud) y del apoyo al transporte público local, como los autobuses y el metro ligero. Este contexto permite adoptar distintos enfoques dentro de un mismo país. Los planteamientos de las autoridades locales y las administraciones descentralizadas pueden diferir de los del Gobierno del Reino Unido y no siempre contar con su apoyo.