Los países que experimentan desastres adquieren conocimientos únicos sobre la gestión de desastres y desarrollan tecnologías de contramedidas adaptadas a sus experiencias. A medida que las sociedades se diversifican y cambian, los daños causados por los desastres cambian. Por lo tanto, el tipo de tecnología necesaria para manejar los desastres en cada país requiere adaptarse continuamente, a medida que las poblaciones crecen y la sociedad cambia. La mayoría de las tecnologías de gestión de desastres se han desarrollado para responder a la fase de gestión de emergencias. Las previas tecnologías para la gestión de desastres se desarrollaron principalmente en el área de la gestión estricta, como infraestructura segura. Actualmente, cada vez más países están considerando la gestión de desastres como una serie de técnicas de gestión blandas de aplicación continua (como la comunicación y la educación), a través de las fases previas de la emergencia como en las posteriores al evento. Esto ha permitido identificar los beneficios de combinar técnicas de gestión estricta y blanda para mejorar los resultados generales de la gestión de desastres.

Los países propensos a los desastres han desarrollado sus propias tecnologías de gestión basadas en sus experiencias de desastre. Para compartir estas tecnologías, se han desarrollado foros de intercambio de conocimientos. Las tendencias actuales producen mejores resultados cuando la gestión de desastres incluye la toma de conciencia y prestar más atención a las actividades de gestión de desastres y a su interacción con el público y la sociedad. Esto se contrasta con el enfoque tradicional de gestión de desastres de dar prioridad a la seguridad de la infraestructura.

Este informe identificó la "Gestión de la Información sobre Desastres" y la "Gestión de Desastres con el Público" como importantes tecnologías actuales para gestionar los desastres, con la adaptación a los cambios de la sociedad. En el informe se destacaron algunos estudios de casos sobre las mejores prácticas para mejorar las tecnologías de gestión en situaciones de desastre. Por lo tanto, esta información sería muy beneficiosa, no sólo para los países con riesgo de desastres sino también para los países, especialmente de bajos ingresos per cápita, para mejorar las estructuras de gestión de situaciones desastrosas.

Este informe también destaca el hecho de que estas tecnologías de gestión identificadas tienen limitaciones para su aplicación en los países, ya que la toma de conciencia sobre el riesgo es clave en la capacidad de preparación de un país para la gestión de desastres. Por lo tanto, se necesita una investigación cuidadosa sobre la toma de conciencia del riesgo por parte de la sociedad para su transferibilidad y aplicabilidad por adelantado.